La Candelaria corresponde al Centro tradicional de Medellín, el lugar donde nació la ciudad. Su historia se remonta al siglo XVII, cuando en 1616 el español Francisco Herrera Campuzano fundó el Poblado de San Lorenzo de Aburrá, en lo que hoy conocemos como El Poblado.
Años más tarde, los habitantes comenzaron a trasladarse hacia una zona más plana y cercana al río Medellín. Fue allí, hacia 1646, donde se levantó una pequeña capilla dedicada a Nuestra Señora de La Candelaria, alrededor de la cual empezó a crecer un nuevo poblado: el núcleo que con el tiempo se convertiría en Medellín.
Durante el siglo XIX, este sector se consolidó como el centro político, religioso y comercial de la ciudad. A su alrededor se construyeron los principales edificios públicos, templos, plazas y casas con influencias coloniales y republicanas.
Con el paso de los años, La Candelaria se transformó en el corazón arquitectónico y urbano de Medellín, mezclando estilos antiguos con edificaciones modernas que hoy representan la evolución económica, social y cultural de la capital antioqueña.
El distrito La Candelaria es uno de los lugares más importantes de Medellín, porque representa el origen, la memoria y la identidad de la ciudad. Desde su fundación, ha sido el centro político, religioso, comercial y cultural del Valle de Aburrá.
En sus calles se encuentran los principales símbolos urbanos de la capital antioqueña, como la Plaza Botero, la Basílica de La Candelaria, el Museo de Antioquia y el Edificio Coltejer, que muestran la evolución de Medellín a lo largo del tiempo.
Además, su valor no solo está en la historia, sino también en la diversidad arquitectónica que lo compone: un espacio donde conviven edificaciones coloniales, republicanas y contemporáneas, reflejando la transformación de una ciudad que ha sabido modernizarse sin perder sus raíces.
Por eso, La Candelaria no es solo el centro de Medellín, sino también el corazón simbólico y patrimonial que mantiene viva la esencia de la ciudad.